EL GUERRERO DEL ANTIFAZ

L A    P U B L I C I D A D

El Guerrero del Antifaz entre moros y cristianos

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En marzo de 1981 apareció el primer ejemplar de la colección "El guerrero del Antifaz" en tomos que contenían entre cinco y siete aventuras empezando lógicamente por el número uno. Se trata de la colección "Homenaje a Manuel Gago" y en varios de los ejemplares la Editorial Valenciana publicó en las contraportadas artículos acerca de este artista.

La Publicidad

La obra que, apreciado lector, estás leyendo, y me refiero a la aventura que se reproduce en este cuaderno, llega a tí precedida por el prestigio de su contenido. No es un producto de la publicidad, de haberte incitado a comprarla una recomendación radiofónica, un espacio televisivo o un anuncio en la prensa; no, llega a tí por proclama popular, por ese clamor que da celebridad, y que prestigia y encumbra a las obras y a a las personas.

Cuando se publicó EL GUERRERO DEL ANTIFAZ ni siquiera fue recomendado por un mal anuncio. Se prestigió por las buenas, como se prestigiaron aquellos productos que motivaron el dicho: "El buen paño en el arca se vende"

Se publicó, apenas tres años después de terminada la contienda española, cuando aún los artículos de primera necesidad se obtenían a través de las Cartillas de Racionamiento y existían, incluso, los comercios que se reconocían por la Luna, el Globo, el Toro o el Tranvía, que mostraban sobre sus puertas. Y todavía, en sus últimos momentos, estaban las calles de Zapateros, Bordadores, Sonbreria, Camiseros, Sastrerías, Cerrajeros, etc., a las que, pisando las primeras décadas del siglo, acudía la gente -por mor del analfabetismo-, que reconocía a sus proveedores por las muestras que los identificaban, o iban a comprar zapatos o camisas en las calles especializadas en la producción y venta de aquellos géneros.

Digo, pues, que EL GUERRERO DEL ANTIFAZ se vendió y prestigió como el buen paño del refrán. El interés de su argumento, la fuerza de expresión de sus dibujos, su emotividad, hallaron ese eco de fama y prestigio que resonó por todos los rincones de España.

Hasta es posible que si hubiese querido divulgar su aparición por los medios existentes entonces, tampoco se hubiese logrado mucho, máxime cuando la excasez de papel habría impedido la posibilidad de elevar las ediciones.

Si lo coleccionas, si consigues reunirlo todo, ten la seguridad de que estás enriqueciendo tu biblioteca con una de las obras más extraordinarias del cómic español y calificada universalmente entre las mejores del mundo.

Una obra que se prestigió y prestigia por sus propios valores, tanto que, cuando la información española le dedicó algunos espacios, nunca éstos fueron publicados por avalarla, sino avalados por el gran prestigio de la serie. Sólo el interés de la obra, su gran resonancia, fueron, y lo siguen siendo, motivo de interés suficiente para que la radio, la televisión y prensa dediquen espacios para su estudio y exámen y que incluso se le hayan dedicado libros y cuadernos para comentario y exaltación de sus valores.

No, amigo lector, EL GUERRERO DEL ANTIFAZ no es un producto de la publicidad, que tanto y tanto está plucionando nuestros sentimientos vendiendo, incluido, productos que nunca nadie habría pensado que su venta fuese un negocio. Tan no lo es que, muy recientemente, un amigo que vive en una ciudad andaluza, recordando su juventud y el éxito que entonces obtuvo EL GUERRERO DEL ANTIFAZ me confesaba que hubiese dado cualquier cosa por coleccionarlo. Y cuando le dije que podía hacerlo aún, que se estaba reimprimiendo de nuevo, quedó sorprendido. Lo ignoraba. Quizá, sí, por algún medio, le hubiese llegado la noticia de que se estaba publicando de nuevo, habría empezado a coleccionarlo desde su primer cuaderno.

J. Soriano Izquierdo para el número 78 de la colección HOMENAJE A MANUEL GAGO.


Miscelánea de El Guerrero del Antifaz

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