R E C O N O C I M I E N T O

Me fue grato el haber leído en el DIARIO DE AVISOS de Santa Cruz de Tenerife, en la página dedicada a la historiera, que dirige Manuel E. Darias, y en un artículo firmado por F. Tadeo Juan, dedicado a J. Sanchis, colaborador asiduo en PUMBY y JAIMITO, el reconocimiento de la existencia de la Escuela Valenciana de dibujantes de Cómic.

En estas redacciones, dedicadas a Manuel Gago en homenaje a su obra y memoria, he mencionado, en alguna ocasión, la falta de conocimiento que se tiene de ella por la mayoría de los que escriben sobre el cómic.

Y es halagador encontrarte con alguien que reconoce la existencia de dicha escuela, tan diferenciada de las demás de nuestra Patria.

Pero ¿Habría bastado la obra de Juan Pérez del Muro, con su Colilla y el Pato Banderilla; la de Luis Dubón con sus ilustraciones de las aventuras de Sanchís Nadal o las de las fábulas de Samaniego, que se publicaban en aquel suplemento infantil del diario "El Mercantil Valenciano", por los años treinta; el Ursus, hombre de las cavernas de Enrique Pertegás, y otros y otros que tuvieron que emigrar hacia otras latitudes para poder vivir del dibujo?

Puede que, sin la causa que la hizo posible, esa pléyade de dibujantes que empezó a constituirla se hubiese doblegado a las demandas de otros gustos y editores y que no hubiese existido.

Ya por los años treinta, el K.K.O. que editara Guerri, la revista infantil NIÑOS que editó ese gran valenciano, el inolvidable fotograbador Añón, y la que editara Vicente Carceller creador de la más popular revista de humor española de todos los tiempos-, pudo haberse iniciado la formación de esta escuela. Pero K.K.O. no encontró dibujantes valencianos, la publicación de Añón apenas si alcanzó a publicar tres números y la de Carceller, que contó con la colaboración de todos sus dibujantes, ni se supo hacer ni casi llegó a conocerse.

Fue la Editorial Valenciana, con su ROBERTO ALCAZAR Y PEDRIN, EL GUERRERO DEL ANTIFAZ, JAIMITO, S.O.S., PUMBY, la que lo hizo posible.

Con ella, se formaron guionistas , que, sorprendentemente, sólo quisieron trabajar para ella. Y lo mismo ocurrió con los dibujantes. Gran número de ellos llegaron a la editora desconociendo totalmente la técnica de la historieta. Y fue, con las instrucciones y orientaciones que allí recibían, como se formaron y convirtieropn en los grandes dibujantes que eran, en los creadores que hicieron escuela.

Y perdona, querido lector, que en esta ocasión no los mencione. No quiero olvidar a nadie y en este caso prefiero silenciarlos a todos a olvidarme a uno. Ya, cuando pueda dedicar el tiempo y el espacio que me permita hacerlo, buscarlos cuidadosamente, os sorprenderé con los nombres de todos esos fabulosos guionistas y dibujantes que hicieron posible la Escuela Valenciana del Cómic. Me satisfacerá decirlo y ha de sorprenderos de las cimas alcanzadas por muchos de ellos.

Pero, repito, sin la Editorial Valenciana la creación de esta Escuela no habría sido posible. Y quizá que tampoco nuestro inolvidable Manuel Gago y sus extraordinarias aventuras.

Doy fe de ello.

J. Soriano Izquierdo para el número 88 de la colección HOMENAJE A MANUEL GAGO.