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Yo leí El guerrero del Antifaz entre los 6 años y los 12, hasta que mis padres cambiaron de ciudad y me dijeron que se habían perdido todas las cajas con mis comics, que no eran pocas. Lógicamente, han pasado muchos años y ahora lo estoy reencontrando. Estoy enredado entre moros y cristianos, en una lucha salvaje llena de odios, venganzas, amores apasionados y amores no correspondidos, entre piratas, en oscuras mazmorras donde se tortura a hombres y mujeres, en el mundo árabe o en el lado cristiano, entre mujeres que no les importa renunciar a su fe con tal de estar al lado del Guerrero del Antifaz, en harenes de sarracenos que cogieron prisioneras y esclavizaron a muchachas cristianas que esperan ser rescatadas por algún caballero. En un mundo de luchas contínuas por el honor, por el amor, por el odio, por la venganza, un mundo donde existen las traiciones más cobardes y los actos de arrojo mas valientes, donde los amigos dan la vida, donde otros mueren salvajemente torturados. Todas estas historias que presentaba Manuel Gago García en los tebeos de aquellos años, nos tenían subyugados, eran historias que hábilmente el autor hacía colar a la censura porque el protagonista defendía los valores cristianos, pero eran una historias que a los niños de la época franquista nos sirvió para aprender a leer y para tener los primeros amores platónicos, donde se podía disfrutar de la sensualidad de las mujeres árabes que querían seducir al Guerrero, con unos ropajes que más que tapar insinuaban. La colección del Guerrero del Antifaz, tal como yo la recuerdo entre 1954 y 1960 era una bomba auténtica, un goce para los sentidos y emocionalmente era la que más impactaba. Todas esas aventuras y desventuras, todos esos viajes, todos esos rescates, culminaron finalmente con la boda del Guerrero del Antifaz con su eterno amor, la condesita Ana María, tras 362 ejemplares , cerrando una primera etapa en la que por el estilo del dibujante se podría hablar dentro de este recorrido de una Edad de Oro, una Edad de Plata y una Edad de Bronce. Más adelante delimitaremos este tema. Las personas que coleccionaron la edición en color, verían la boda en el cuaderno número 237 en la página 9, viéndose previamente, en la página 8, la presentación del Guerrero ante los reyes Católicos.
Imagen de esta página y las dos que aparecen enlazadas, cortesía de mi amigo Casto Correa de Vigo, afincado en Trintxerpe.
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