Dibujado por Matías Alonso
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El Guerrero del Antifaz presenta una primera etapa, considerándola a grandes rasgos, que se cierra en el número 362 cuando se casa con Ana María y es reahabilitado y perdonado por los Reyes Católicos. Al terminar esta etapa, Manuel Gago García renovó su interés por el personaje y lo volvió a dibujar con más detalle que se había ido perdiendo con la rutina semanal. Sin embargo, la presión y la mala relación con el editor que le daba trabajo en exceso, hizo que la calidad del dibujo empeorase hasta que en agosto de 1961 Gago fue obligado por el editor a abandonar el personaje.Esa etapa donde la tragedia lo marcaba todo, los odios, las venganzas, los amores no correspondidos, se convierte ahora en otro tipo de aventuras, se podría decir, más exóticas, aspecto que se acentuó sobremanera al abandonar Gago la serie y tomarla Matías Alonso en el número 421 con guiones de Vicente Tortajada. A partir de aquí el aspecto visual también cambiará al punto de que parece un Guerrero del Antifaz distinto del que fue clásico durante 15 años. El medio ambiente deja de ser la lucha entre moros y cristianos y se vuelve más oriental con visitas a países que se podrían llamar de fantasía. La tragedia clásica que marcaba la pauta en la parte anterior prácticamente desaparece y se gana mayor libertad para fantasear.
 El dibujo de Matías Alonso es más limpio, con líneas muy bien definidas y claras y con buenos contrastes e iluminación. Realiza muchas portadas cuya característica es presentar un rostro en primer plano y en el resto del espacio la escena de acción correspondiente. Se trata de una etapa insólita, con páginas compuestas por dos tiras de viñetas, en lugar de las páginas clásicas de tres tiras, permitiendo el mayor tamaño de la viñeta la inclusión de más detalles y el lucimiento del dibujante que puede dar un acabado de mayor calidad que como siempre, predomina en los primeros cuadernos, mecanizándose algo con el paso del tiempo. Sin embargo, a partir del número 502, Manuel Gago García vuelve a dibujar las aventuras del Guerrero del Antifaz (Dibuja la portada del 501 cuyo interior es lo último de Matías Alonso) comenzando con ganas pero decayendo el dibujo que cada vez tiene menos detalle y aunque los guiones vuelven a estar marcados por la tragedia la rutina artística se nota demasiado y la frustración que Gago está sufriendo por parte de la censura que no le deja crear con libertad hace que finalmente abandone el personaje de manera definitiva en el número 668 de 1966, influyendo también los cambios de costumbres de los nuevos tiempos, la competencia de la televisión con los tebeos, etc.
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