TENTE, IRACUNDO OTOMANO. CON EL GUERRERO DEL ANTIFAZTENTE, IRACUNDO OTOMANO. CON EL GUERRERO DEL ANTIFAZ

El Guerrero del Antifaz entre moros y cristianos

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Contraportada y portada de libro "¡Tente, iracundo otomano! con El Guerrero del Antifaz" de Andrés Sopeña Monsalve, publicado por Plaza & Janés Editores, S.A., Barcelona, primera edición mayo de 2001. Se trata de un hermoso libro tamaño 19 x 27 cms. encuadernado con tapa dura con 96 páginas, de las que las dos primeras son una introducción del autor acerca del conjunto general de la obra cumbre de Manuel Gago García, "El Guerrero del Antifaz" y las dos últimas a modo de Epílogo escrito por Gabriel Albiac con un sentido muy negativo que nos da la impresión de que sea un reflejo de las vivencias de quien lo escribe. Entre la introducción y el epílogo hay 88 páginas del autor confeccionadas en base a la selección de viñetas de las aventuras de El Guerrero del Antifaz escogidas expresamente para apoyar los breves comentarios jocosos que va realizando sobre esta obra cumbre del tebeo español, cuyo éxito alcanzaría hasta 1980 y que terminó por la repentina muerte del autor a los 55 años de edad.

En la portada de atrás del libro la editorial escribe: "El autor de El florido pensil y de La morena de la copla cabalga de nuevo. Esta vez su tan peculiar mirada se dirige hacia un personaje de los tebeos, el Guerrero del Antifaz, el héroe de la Reconquista -¿de la Cruzada?-, quien tras veintidos años de cita semanal, seiscientos sesenta y ocho cuadernillos, y miles y miles de viñetas, protagonizó el ocio infantil de una época y permanece en el recuerdo de varias generaciones de españoles.

Con humor e ironía, en un estilo muy imitado como inimitable, Andrés Sopeña nos muestra cómo tras su aparente inocencia e intrascendencia, aquellas historias reflejaban y reproducían la retórica de la Historia, el catolicismo integrista, la razón de la fuerza, el chovinismo racista y xenófobo y la negación de las libertadas que durante una eternidad los vencedores de la Cruzada -¿reconquista?- inocularon a una sociedad superviviente.

Tras la divertida lectura de este libro, sabremos más de nosotros mismos. Como escribe Gabriel Albiac en el epílogo: "El Guerrero del Antifaz" era un museo de los horrores. Por eso nos fascinaba. Se parecía tanto a lo que de verdad éramos..."

Por mi parte y como coleccionista y amante de la cultura del tebeo, así como admirador de la obra cumbre de Manuel Gago García, El Guerrero del Antifaz, sobre todo en su Edad de Oro y también como persona que vivió una feliz infancia acompañadado de las aventuras del Guerrero y de otras muchas más, que nuestro país ha sido rico culturalmente en cuanto a artistas del tebeo, tengo que decir varias cosas:

En primer lugar, agradezco al autor el que haya escrito el libro, porque aunque está muy manipulado todo lo que dice incluídas todas las imágenes que muestra para apoyarse, no ha dejado de ser media hora de agradable lectura y visionado, recordando escenas que ví y leí en mi niñez y que me han traído a la mente gratas vivencias. También le agradezco la publicación de este libro a la Editorial Plaza & Janés pues eso me ha permitido tener una pieza más dentro de mi colección sobre la obra cumbre del tebeo español y felicito al diseñador de la portada y contraportada por el buen gusto que ha tenido.

En segundo lugar, tengo que decir que es evidente que si alguien que no ha leído nunca los tebeos del Guerrero del Antifaz, lee este libro, la impresión que sacará será más negativa que positiva, más de burla que de seriedad, creerá que el Guerrero del Antifaz era una continua "comedura de coco" por parte del regimen franquista y al poder ver y leer solamente una parte muy reducida de la obra completa (210 viñetas frente a miles y miles de la obra original) y además reproducida de una manera totalmente falsa y manipulada para apoyar la tésis del autor, mezclando viñetas de diferentes aventuras en secuencias cronológicas que en la realidad no ocurrieron así, pues es seguro, se puede afirmar categóricamente, que quien lea este libro y no haya leído el origen, es decir la obra en sí, "El Guerrero del Antifaz, como decía Francisco Tadeo Juan en su "Análisis de una obra maldita", "El Quijote" dentro de la literatura del tebeo, pues se quedará sin saber, sin conocer, sin poder saborear, todo lo positivo que de esta obra ha habido, hay y habrá se lea cuando se lea. Claro, quien ha leído la obra no se dejará engañar tan facilmente.

En tercer lugar, toda esa negatividad que se escribe en la página y media del epílogo, pues para mí refleja la vivencia particular del que lo ha escrito. De ninguna manera coincide con mi vivencia, con mi experiencia vital y puedo dar testimonio que como habitante de la península ibérica y lector del Guerrero del Antifaz entre 1952 y 1960, es decir, entre mis 6 y 12 años, me lo pasé muy bien, por la intriga de las diferentes tramas que Manuel Gago García ponía en su obra, por "ese cine" casi gratuito que estimulaba nuestra imaginación, rompiendo las barreras de la censura del momento de muchas maneras sutiles, mostrándonos escenas sensuales, haciendo que nuestra fantasía sexual se desarrollara, enseñándonos a leer mejor, haciendo que nuestras vidas tuvieran ilusión, exactamente igual que el cine o la literatura hacían, enseñándonos a dibujar, pues muchos éramos los niños que nos gustaba dibujar al Guerrero del Antifaz en diferentes poses, de lucha, parado, a caballo, sirviendo de modelo para otros que llegarían a ser dibujantes profesionales y tantas y tantas cosas más que se podrían decir y que para nada son representantes de una época de oscuridad, que lo era la dictadura franquista, de eso no cabe la menor duda, pero que Manuel Gago García sabía como zafarse de ella y proporcionarnos estímulos que la censura si hubiera sido más inteligente hubiera prohibido.

Todas las obras de arte, en literatura, en cine, en el noveno arte, no pueden dejar, de alguna manera, de ser un reflejo de la época en que se han producido, pero eso no quiere decir que porque la época haya sido mala, las obras producidas en ella también lo hayan sido. Creo que, por el contrario, se debería de agradecer a Manuel Gago García, que dentro de esa época histórica que siendo una dictadura conllevaba toda una serie de sinsabores, gracias a él y a su obra, pudiésemos disfrutar de aspectos agradables de la vida a través de su arte, de sus historias, de su fantasía y de su ingenio para trasnmitirlo de manera sencilla pero elocuente.

Aunque se podría hacer una crítica más erudita y usando terminologías más literarias, he preferido escribir de manera llana y sencilla porque en definitiva, este es un libro para todo el mundo, que hay que tener en la biblioteca, sobretodo si se es un amante de las aventuras de El guerrero del Antifaz y que, para quien conozca la obra le servirá de repaso de las viñetas escogidas que le recordarán muchos buenos momentos de su vida, momentos felices, que como todo evento feliz es integrador de nuestra estructura psicológica y vital.

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Esta página se ha podido realizar gracias a mi amigo Javier Selva de Barcelona, que me ha dejado el ejemplar e indicado dónde lo podía conseguir. Coleccionista de comics con parada propia en el conocido Mercado de San Antonio de Barcelona, donde se le puede encontrar cada domingo por la mañana en la parada número 219 (lado calle Urgell). También puedes visitar su página web de venta de tebeo antiguo y moderno haciendo click en la imagen del Guerrero:


Javier Comics. Tebeo antiguo y moderno - Álbumes de cromos




EL GUERRERO DEL ANTIFAZ

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