L A V I O L E N C I A
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En marzo de 1981 apareció el primer ejemplar de la colección "El guerrero del Antifaz" en tomos que contenían entre cinco y siete aventuras empezando lógicamente por el número uno. Se trata de la colección "Homenaje a Manuel Gago" y en varios de los ejemplares la Editorial Valenciana publicó en las contraportadas artículos acerca de este artista.
La violenciaSignifiqué en una ocasión que Manuel Gago no era partidario de la violencia. Pero creía que al reflejarla en sus cuadernos obraría como incentivo para rechazarla. Pensaba que sus historias, que reflejaban pálidamente las maneras, modos y costumbres de unas épocas, podían ser como un revulsivo a toda acción violenta. Esforzábase, en las luchas que interpretaban sus personajes, por impedir aquellos aspectos que entrañasen placer o morbo ante la supuesta muerte, aun en la de los que representaban el mal. Pretendía que la violencia, que necesariamente tenía que significar en sus aventuras, fuese como la de esos juegos deportivos en los que, al fin, vencedores y vencidos se abrazaban con alegre convivir. Le horrorizaban los parajes de la Historia en los que, por ejemplo, al referirse a la reconquista y repoblación de Menorca, se describe como los habitantes de la isla, ocupada en 1287 por Alfonso el Liberal, fueron exterminados o reducidos a esclavitud y vendidos en pública subasta en los mercados de Menorca, Mallorca, Cataluña y Sicilia. Era obstinado en creer que sólo la exposición de la violencia sería capaz de derrotarla. Relataba, para reforzar su tesis, el ejemplo de aquella fábrica de tejidos de una ciudad catalana en la que sus obreros consiguieron que uno de ellos, que se emborrachaba casi que diariamente, dejase de hacerlo. Para ello expusieron, en la misma fábrica, unas fotografías ampliadas en las que podía verse tal y como era cuando el alcohol dominaba. Opinaba que si la Historia en lugar de glorificar a los vencedores mostrarse a los vencidos y sojuzgados, posiblemente que ya, en nuestra era, serían imposibles las acciones que engendran violencia y se rechazasen todos aquellos aspectos que la manifiestan. Pero la Historia, toda, desde que el hombre se erige en pie sobre la tierra, exalta el poder de los fuertes y silencia la razón de los vencidos. Es por esto que son posibles todas esas violencias que nutren las aventuras de conquistas, guerra, policíacas o de intriga, en las que, para consuelo de los lectores, los buenos tienen que acabar con los malos. Lo que comprendo -decía Gago- es cómo, a pesar de todos los repudiables ejemplos de maldad que tantas y tantas veces hemos significado los que hacemos cómic, los que hacen cine o quienes escriben novelas, siga existiendo la violencia y que aún haya quienes gocen asumiendo el papel de malos. ¡Ojalá que éstos sólo existiesen en la ficción!. J. Soriano Izquierdo para el número 38 de la colección HOMENAJE A MANUEL GAGO.
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