L O S A M I G O S
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En marzo de 1981 apareció el primer ejemplar de la colección "El guerrero del Antifaz" en tomos que contenían entre cinco y siete aventuras empezando lógicamente por el número uno. Se trata de la colección "Homenaje a Manuel Gago" y en varios de los ejemplares la Editorial Valenciana publicó en las contraportadas artículos acerca de este artista.
Los amigosA Rafael Palma Amorós, gran amigo de EL GUERRERO DEL ANTIFAZ Por el mil novecientos cincuenta era fácil encontrar, por las barriadas de las ciudades y pueblos españoles, grupos de amigos que se reunían para comentar la marcha de las aventuras de EL GUERRERO DEL ANTIFAZ y hacer conjeturas sobre el posible desarrollo de éstas. Estos grupos, formados por afinidad de gustos y criterios, acabaron, en muchas ocasiones, integrándose en peñas que tenían su lugar de reunión para reencontrarse periódicamente y charlar de sus temas preferidos. Eran quienes nos escribían manifestando su preocupación por ciertas secuencias de la aventura en las que se interpretaba había olvidado un personaje, o solicitando información sobre los momentos históricos en que se desarrollaba la aventura. Gago respondía a esto que la historia quedaba como trasfondo de su aventura. De aquella no guardaba ningún orden cronológico y sólo utilizaba los escenarios reales. Todo lo demás, hechos y personajes, eran pura invención suya. Muchas de las cartas recibidas de lectores que representaban a grupos de amigos de EL GUERRERO DEL ANTIFAZ solicitaban información respecto a los personajes creados por Manuel Gago, parangonándolos con otros reales de la historia. Era la consecuencia de una viva y apasionada preocupación nacida de las naturales conjeturas suscitadas por un argumento ficticio que incitaba al conocimiento de la historia real. Esto me trae a la memoria la anécdota que me contó un maestro de escuela, que vino a la editorial para ofrecer su colaboración como guionista. Hablando de Manuel Gago me relató lo que le había sucedido en la escuela nocturna del pueblo donde ejercía. Uno, ya adulto, solicitó ingresar en la escuela para que le enseñase a leer lo más rápidamente posible. Al preguntarle, el maestro, por que tenía tanta prisa, le respondió: -Es que me estoy "mercando" EL GUERRERO DEL ANTIFAZ y quiero aprender pronto a leerlo. Indudablemente, la obra de Manuel Gago había contribuido a que gente aprendiese a leer. No sé si hoy, cuando lo que nos rodea -ambiente, gustos, costumbres y medios- es tan distinto de hace treinta años, subsistirá alguno de aquellos grupos. Y tampoco si aquello, tan aparentemente baladí de reunirse para hablar de un autor y unas aventuras, acabaría transformándose en alguno de los grupos que contribuyeron a propiciar el trueque de la situación española, no lo sé; pero sí que siguen existiendo cientos de personas interesadas por las aventuras de EL GUERRERO DEL ANTIFAZ, que se sienten felices con su visión, lectura y la extensa gama de comentarios que suscitan Abukir, Hixem, Zoraida, Aixa, Santal y Hamed Zenete, Beatriz, Sarita, Fernando, Li Chin, Ramiro, Sandra... Una evasión del quehacer cotidiano que forma para la asociación y el comentario de temas más elevados. J. Soriano Izquierdo para el número 39 de la colección HOMENAJE A MANUEL GAGO.
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