EL GUERRERO DEL ANTIFAZ

E L    H E R O E

El Guerrero del Antifaz entre moros y cristianos

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En marzo de 1981 apareció el primer ejemplar de la colección "El guerrero del Antifaz" en tomos que contenían entre cinco y siete aventuras empezando lógicamente por el número uno. Se trata de la colección "Homenaje a Manuel Gago" y en varios de los ejemplares la Editorial Valenciana publicó en las contraportadas artículos acerca de este artista.

El héroe

En toda epopeya escrita, recitada, filmada o impresa, siempre el héroes es su principal personaje.

Claro que los héroes reales, no de ficción, fueron aquellos que contribuyeron a dar interés a la historia. Y ésta está plagada de los que lo fueron matando o muriendo por defender lo que entendía una causa justa.

Cuando empezó a construirse la historia no se podía pensar en que pudiese haber héroes que lo fuesen por salvar de morir a mucha gente simplemente por lograr el gol que proporcionó a su país el campeonato del mundo.

Sea como sea, el héroe debe comportarse como tal en todas sus manifestaciones. Esto lo saben bien los guionistas o escritores de historias cuando desarrollan sus argumentos. El héroe siempre actuará con el sentimiento y la idea que, del heroísmo, se nos inculcó por padres y educadores. E incluso por la plebe, que lo aprendió del aire y jugando, como mayores, a guerras, políticas y ladrones.

El héroe no puede defraudar a sus lectores. Debe ser de conducta intachable, fiel, consecuente, abnegado, invencible, desprendido, justo y virtuoso. Si en la realidad lo que cuenta del héroe es sólo so hazaña, en la ficción debe ser fiel y firme en todos sus actos. El lector no aceptará que traicione a la mujer amada y mucho menos a sus amigos. Siempre debe estar dispuesto para defender a las mujeres, a los niños y a los oprimidos. Será libertador de buenos y esclavizador de perversos y ruines. Nunca abdicará de su condición, y sus puños, su sable o su pistola estarán siempre dispuestos para abatir a los malos. Y, ¡ay! del escritor que someta a su héroe a acciones que contraríen las esperanzas de sus lectores. Su obra sentirá el rechazo de éstos y será abandonada por quienes la siguieron.

Manuel Gago supo ésto y todos sus héroes no solo satisfacieron, sino que reforzaron, más y más, el sentimiento que del héroe tenían sus lectores.

Sus personajes, empezando por el propio GUERRERO DEL ANTIFAZ, FERNADO, OSMIN, SOLEIMAN, SANTAL, EL PEQUEÑO LUCHADOR, PURK, EL HOMBRE DE PIEDRA, EL ESPADACHIN ENMASCARADO, PIEL DE LOBO, ELAGUILUCHO, EL TEMERARIO y muchos otros que creara para sus aventuras, aun dentro de sus diferentes características, están perfectamente dosificados en cuanto a los valores representativos del héroe que se desea. Sus lectores nunca se sienten defraudados por acciones que menoscaben sus imágenes o degraden sus conductas.

Hasta hoy los héroes siempre han sido así. Mañana, cuando lleguemos a entender el heroísmo de otra manera, quizá los héroes no tengan que batallar a tiros y puñetazos y lo sean artistas, científicos, poetas o trabajadores que se sacrifiquen, renunciando a comodidades y placeres, por lograr aquello que contribuya al entendimiento, el bienestar y la paz para las personas del mundo.

Imagino un cómic capaz de emocionar e interesar a los lectores con el desarrollo de la aventura que logre la conquista de eso, capaz de erradicar la ambición, el egoísmo y las apetencias inconfesables.

J. Soriano Izquierdo para el número 40 de la colección HOMENAJE A MANUEL GAGO.



EL GUERRERO DEL ANTIFAZ

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