EL GUERRERO DEL ANTIFAZ

E L    S I S T E M A

El Guerrero del Antifaz entre moros y cristianos

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En marzo de 1981 apareció el primer ejemplar de la colección "El guerrero del Antifaz" en tomos que contenían entre cinco y siete aventuras empezando lógicamente por el número uno. Se trata de la colección "Homenaje a Manuel Gago" y en varios de los ejemplares la Editorial Valenciana publicó en las contraportadas artículos acerca de este artista.

El sistema

Pese a que cuando inicia la publicación EL GUERRERO DEL ANTIFAZ lo hace semanalmente (Ver Nota abajo), entonces no se autorizaba a las Editoriales privadas la publicación periódica de revistas infantiles y juveniles.

Se publicaban como cuadernos, para los que había que solicitar permiso de publicación para cada una de las ediciones, registrándolas con el título del episodio. Incluso los tebeos que se habían publicado con anterioridad al Movimiento franquista, tuvieron que utilizar títulos diferentes para que fuesen autorizadas las publicaciones de sus semanarios. JAIMITO, por ejemplo, que como publicación infantil y juvenil lanzó nuestra Editora unos años después de la aparición de EL GUERRERO DEL ANTIFAZ, hasta ser autorizado como revista semanal -después de más de cien títulos de publicación quincenal-, tuvo que hacerlo utilizando un título diferente para cada edición. Así, si se publicaban en época de exámenes sus títulos eran SUSPENSOS HUMORISTICOS o CHISTES SOBRESALIENTES DE JAIMITO. Y CHAPOTEOS ALEGRES o CHISTES FRESCOS DE JAIMITO si las ediciones correspondían al verano o invierno. Era el modo de poder hacer llegar al niño y al joven las publicaciones que satisfacieran su necesidad de entretenimiento y afán de lectura.

Sí que había, cuando apareció EL GUERRERO DEL ANTIFAZ, revistas infantiles y juveniles. "Chicos", por ejemplo, que había empezado a publicarse en San Sebastián un año antes de finalizar nuestra guerra. "Maravillas", “Flechas y Pelayos", "Mis Chicas", todas revistas del movimiento que trataban de monopolizar el mercado, pero que acabaron perdiendo su influencia ante la aparición de los llamados "panfletos" que, pese a su pobreza de medios, resultaban más sugerentes y acertaban con una mayor comunicación con los lectores a quienes iban dirigidos.

En este sincero homenaje a Manuel Gago he significado otra vez las circunstancias en que tanto el editor como el dibujante y los guionistas teníamos que hacer nuestro trabajo. Lo que he referido era el sistema por el que el editor tenía que aventurarse para lanzar sus publicaciones, siempre con el riesgo de que un gráfico o una frase pudiese ser atentatoria a unas normas que sólo existían en el criterio de los censores. Porque entonces no había nada legislado que regulase la prensa para niños.

Así EL GUERRERO DEL ANTIFAZ, pese a si éxito, estaba a expensas del criterio de aquellos censores, que podían suspenderlo si les placía, pues, al no existir normas establecidas, era imposible el poder apelar contra aquellas decisiones.

Aquel modo de hacer, la interinidad con que se apoyaban las publicaciones y como consecuencia los editores, de quienes dependían los dibujantes, guionistas, redactores, grabadores, impresores y encuadernadores, que, de suspenderlas, iban a quedar sin trabajo, creo que llegó a pesar de tal modo en los hombres que las enjuiciaban que, por la natural inercia del sistema, acabaron constituyéndose -en muchos caos por poderosas razones crematísticas- en defensores de su continuidad.

Gracias a este entendimiento muchas publicaciones pudieron gozar de larga vida, y otras, por incompetencia de quienes las hacían, provocaron que una Junta presionara al gobierno pidiendo enérgicas medidas de protección a la infancia y la adolescencia.

Pero esto os lo contaré próximamente.

J. Soriano Izquierdo para el número 55 de la colección HOMENAJE A MANUEL GAGO.

NOTA: La aparición del Guerrero del Antifaz se hizo semanal tras haber aparecido de manera aperiódica.



EL GUERRERO DEL ANTIFAZ

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