EL GUERRERO DEL ANTIFAZ

L A     C O N S T A N T E

El Guerrero del Antifaz entre moros y cristianos

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En marzo de 1981 apareció el primer ejemplar de la colección "El guerrero del Antifaz" en tomos que contenían entre cinco y siete aventuras empezando lógicamente por el número uno. Se trata de la colección "Homenaje a Manuel Gago" y en varios de los ejemplares la Editorial Valenciana publicó en las contraportadas artículos acerca de este artista.

La constante

La constancia y fidelidad de los lectores a las series que satisfacen su ocio, es de suma trascendencia para el éxito y la continuidad de éstas.

Cuando un cuaderno es leído con avidez, sin esfuerzo, sabiendo a poco, despertando el deseo de conocer su continuación, espoleado por el suspense de sus acciones e intriga, de la que se espera el triunfo del amor y la razón que, viñeta tras viñeta, se ha ido forjando, el lector, voluntariamente aprisionado por la aventura, ni puede ni desea renunciar a ella. Y se convierte en financiador de la misma, conste de los cuadernos que conste, siempre que éstos no traicionen sus esperanzas y lo aboquen al desencanto o al hastío.

Para ello, la obra debe tener tal fuerza de atracción que sea capaz de interesar incluso a los negligentes e inconstantes.

Su interés debe ser tal que obligue a los primeros a no perderse ni uno solo de sus episodios, lo que les llevaría a desinteresarse de aquello que, aun proporcionándole placer y deleite, por falta de un incentivo constante les negase el esfuerzo para recuperarlos cuando, por descuido o negligencia, dejasen de adquirirlos.

También la obra debe cautivar a los inconstantes para que se sientan incapaces de renunciar a ella. Y a los consecuentes, a los que su fidelidad les llevará a coleccionarla hasta su último capítulo. Nunca debe defraudarles, que aflore la constancia de sus valores hasta el fin, nunca deseado, para que no falte en el ocio, junto al pájaro, la planta y la afición que los acompaña toda la vida. Porque la suma de todos aquellos supone el éxito de la obra, ese éxito que va a permitir, al autor, el crear y crear más acciones y más personajes que triunfen o pierdan la satisfacción de los lectores.

Manuel Gago, cada vez más vivo en el recuerdo y la estimación de quienes admiramos su obra, logró en muchas de sus creaciones, y sobre todas en EL GUERRERO DEL ANTIFAZ, estos objetivos. En esta, y durante más de veinte años, mantuvo una audiencia que nunca se vio debilitada ni se mostró desfallecida por falta de interés de la obra.

Prueba de lo antedicho lo constituye que tanto la adaptación de EL GUERRERO DEL ANTIFAZ a los formatos de cuadernos verticales e impresión a todo color, como la presente reedición de los cuadernos originales -realizados a petición de los lectores-, son acompañadas por el éxito, que sólo la fidelidad de los lectores hacia la obra es capaz de proporcionar.

Y si en principio, cuando al iniciarse su publicación podía alegarse desconocimiento del compendio de la obra, ahora, indudablemente, el éxito resume la seguridad de que se está coleccionando una de las más auténticas joyas del "Cómic" universal.

En esto, el público, que a fin de cuentas es quien pone o quita la fama, nunca suele equivocarse.

J. Soriano Izquierdo para el número 65 de la colección HOMENAJE A MANUEL GAGO.



EL GUERRERO DEL ANTIFAZ

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