EL GUERRERO DEL ANTIFAZ

D E P E N D E N C I A

El Guerrero del Antifaz entre moros y cristianos

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En marzo de 1981 apareció el primer ejemplar de la colección "El guerrero del Antifaz" en tomos que contenían entre cinco y siete aventuras empezando lógicamente por el número uno. Se trata de la colección "Homenaje a Manuel Gago" y en varios de los ejemplares la Editorial Valenciana publicó en las contraportadas artículos acerca de este artista.

Dependencia

Teniendo en cuenta que cuando se inicia la publicación de una nueva aventura por episodios, nunca, su autor o autores, tienen totalmente realizada su trama, es fácil deducir que su extensión dependerá de la audiencia que le deparen los lectores.

Así, tanto en la historia de la literatura como en la del "Comic" hallaremos centenares de pruebas que confirman mi aserto.

Desde las para mí remotas aventuras de Sherlock Holmes, Fantomas, Dick Turpin, Búfalo Bill y Nick Carter, que, pese a lo costoso de su lectura, leíamos en nuestra adolescencia atraídos por el prestigio de sus personajes -de gran éxito allá por los años treinta de nuestro siglo-. en aquellos cuadernos, sin apenas ilustraciones, de aventuras completas en cada uno de sus episodios, que sumaban decenas de títulos diferentes, hasta su decadencia por la aparición de los primeros "Comics", que acortaban el tiempo de visión y lectura, facilitando los desplazamientos de los personajes y los escenarios, que en aquellos había de construir la imaginación de los lectores, siempre el éxito, la aceptación del público, ha sido la razón de la continuidad y subsistencia de los personajes y las series.

Es difícil imaginar lo que hubiese sido del Tarzán de Edgar Rice Burroughs, del Tintin de Remi Herge y del Flash Gordon de Alex Raymond sin el éxito que despertaron las aventuras que protagonizan y que aún siguen protagonizando las manos de otros guionistas y otros dibujantes que se afanan por encontrar no sólo en la tierra, sino en el espacio, temas y escenarios diferentes para complacer los que, de los personajes, esperan sus seguidores.

Como aquellos, Manuel Gago, en su GUERRERO DEL ANTIFAZ tuvo que ir prolongando su aventura, cuaderno tras cuaderno, para satisfacer la demanda de sus seguidores enlazando en la historia y en su entorno de ficción una aventura humana, atractiva y sugerente en la que el amor, la intrepidez y la abnegación se conjugan como incitante aprehensor del interés. Una historia que, quizá, de no haber obtenido el éxito que la consagrara, nos habría privado de conocer a tanto y tanto personaje que, ensamblados en ella, nos fueron ofreciendo, no aventuras de personajes en episodios independientes, sino, más difícil todavía, integrándolos en una historia que irá prolongándose en su trasfondo histórico, que unas veces se someterá al hecho real y otras, avanzando o retrocediendo en ella, situará la ficción en aquellas referencias que aporten un desarrollo más cautivador y sugerente. Así, por ejemplo, el Pirata Negro, que aparece en la aventura a partir del capítulo cuarenta; la Mujer Pirata, que lo hace desde el número cuarenta y cinco, y muchos otros que se hicieron entrañables en la estimación de los lectores.

Y siempre, siempre, para servir y complacer a sus seguidores, los que hicieron posible que la obra se desarrollase más y más para placer de sus ocios.

J. Soriano Izquierdo para el número 66 de la colección HOMENAJE A MANUEL GAGO.

Nota: José Soriano Izquierdo está aludiendo a la edición en color cuando menciona la primera aparición del Pirata Negro y de la Mujer Pirata, ya que en la edición original en blanco y negro, el Pirata Negro aparece en el capítulo 66 y la Mujer Pirata en el 82.



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