E L C O M I C E S P A Ñ O L
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En marzo de 1981 apareció el primer ejemplar de la colección "El guerrero del Antifaz" en tomos que contenían entre cinco y siete aventuras empezando lógicamente por el número uno. Se trata de la colección "Homenaje a Manuel Gago" y en varios de los ejemplares la Editorial Valenciana publicó en las contraportadas artículos acerca de este artista.
El cómic españolAllá por los años 40, cuando la escasez de papel condicionaba la cantidad de páginas y los precios, calculados para el escaso poder adquisitivo de los lectores, los cuadernos de aventuras fueron, prácticamente, aparte la ya referida prensa infantil y juvenil que se publicaba y vendía precariamente, lo único de que dispuso aquella juventud para su entretenimiento. Ya, antes del "glorioso" movimiento franquista, allá por los años mil novecientos treinta y tres o treinta y cuatro, la Hispano Americana de Ediciones S.A. de Barcelona, nos había mostrado el cómic extranjero nutriendo las páginas de sus semanarios "Yumbo" y "Aventurero" con los ahora famosos Flash Gordon, Tarzán, Merlín el Mago, Frank Buck, Popeye, El Agente Secreto X-9, Red Barry, King de la Policía Montada, Radio Patrulla, Tim Tyler y otros que, sumados a los que insertaba Micky, editado por la Editorial Molino, con copiosa producción de la obra de Walt Disney, habían logrado interesar a los jóvenes de entonces. Esto aparte de las llamadas tiras que empezaron a publicar algunos periódicos y revistas españoles y los escasos, muy escasos libros que se editaron reproduciendo aventuras de aquellos personajes famosos que crearan Alex Raymond, Harold Foster, Ray Moore... Quiero decir con esto que el cómic ya estaba inventado, y en España, por aquello del Glorioso Movimiento, no llegó a tener continuidad, si es cierto que los cuadernos de aventuras que empezaron a publicarse terminada la guerra civil, fueron quienes de verdad nos devolvieron el cómic. Pero un cómic diferente, español, con errores, deficiente técnica e incluso, en algunos casos, con dibujos más propios de alumnos que de maestros. Pero todo se fue subsanando y el cómic español -español porque en nada se parecía al que antes se nos había mostrado y español porque muchos de sus personajes se identificaban como a tales-, el cómic se reafirmó con aquellos cuadernos. Triunfaba ROBERTO ALCAZAR Y PEDRIN, y aún sigue triunfando, con el que se forjó y templó ese magistral dibujante que es Eduardo Vañó y con el que crecieron y se hicieron auténticos maestros del cómic sus hijos Eduardo y Vicente. Y triunfaron, constituyendo una auténtica escuela valenciana, lo mejor de esa gran masa de dibujantes que hoy abastece a las grandes Agencias nacionales y extranjeras que llevan sus producciones por todo el mundo. Claro que entre ellos, el monstruo, el genio, fue Manuel Gago. Dibujó, creó e hizo más cuadernos que nadie. Y también, como todos aquellos dibujantes y guionistas, a la española, sin dejarse influir ni por los temas, ni por la técnica que, entre tantas series extranjeras, se les mostrara con anterioridad. Es posible que esto perjudicase la producción, limitada única y exclusivamente al mercado español; pero, como ya he significado antes, los dibujantes, en otras producciones, lograron infiltrarse por todo el mundo e incluso se les reconoció, como al propio Manuel Gago, como maestros del cómic universal. Alguna vez, el cómic tendrá que agradecer a aquellos cuadernos de aventuras y a sus editores aquel afianzamiento que tanto y tanto ha contribuido a la historia y los valores del mismo. Y, claro está, a toda esa pléyade de guionistas y dibujantes que lo hicieron posible. J. Soriano Izquierdo para el número 73 de la colección HOMENAJE A MANUEL GAGO.
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