EL GUERRERO DEL ANTIFAZ

L O S   F O L L E T I N E S

El Guerrero del Antifaz entre moros y cristianos

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En marzo de 1981 apareció el primer ejemplar de la colección "El guerrero del Antifaz" en tomos que contenían entre cinco y siete aventuras empezando lógicamente por el número uno. Se trata de la colección "Homenaje a Manuel Gago" y en varios de los ejemplares la Editorial Valenciana publicó en las contraportadas artículos acerca de este artista.

Los folletines

Los relatos de hechos históricos o de ficción, pues relatos eran antes de hallar el medio de significarlos para que no se perdiesen al faltar sus conocedores, gozaron siempre de gran audiencia.

Cuando pudieron ser significados, transcritos o impresos, haciendo posible el guardarlos para constancia de los hechos, quedaron sólo para los privilegiados, los que sabían leerlos y podían adquirirlos.

La imprenta influyó en gran manera en el afán de las gentes por conocer y entender los signos que formaban las palabras que describían las narraciones. Y, más, por las intrigas, crímenes, villanías, luchas, amores y venganzas que se describían en el relato, prendiendo en el interés de sus lectores u oyentes.

Así, hasta principios de nuestro siglo, la gente que está aprendiendo a leer devora los folletines, en los que su imaginación creará el físico de sus personajes que, episodio tras episodio, mantienen sus almas en vilo.

Pero la imagen va a facilitar las cosas. Ya no tendrá que imaginar los personajes descritos. Los ve andar, correr, sufrir y amar. Una o dos ilustraciones, intercaladas en los episodios, contribuyen a ello hasta el fin de la novela, cuando, por haberse suscrito a ella, recibirá el regalo de un estupendo juego de cama, cobertor incluido, una estupenda vajilla de porcelana, o el que quiera elegir entre más de una docena de variados obsequios.

En España, estamos en el 1885, se publica “La Ilustración Ibérica”, en la que pueden verse, en magníficos grabados, los rostros de los más famosos personajes, paisajes de los lugares más bellos del mundo, reproducciones de obras de arte y artísticos dibujos ilustrando los cuentos y las poesías de los grandes escritores y poetas de entonces. son imágenes que dominan sobre el texto, como la proyección, que va a dar paso a la civilización de la imagen: al fotograbado, al cine.

Pero el cine, cuando aprende a narrar con imágenes, entendiendo que lo que gusta a la gente son los folletines, aparte unas películas con pretensiones históricas y lacrimógenas, opta por continuar dando al público las películas por entregas. Se dedica a producir historias por episodios de los que pasaban dos en cada programa. Así, recuerdo series como “La Dueña del Mundo”, Las dos huerfanitas”, “El rey del Circo”, “la moneda rota”, “Cayena”, y otras, que hicieron sufrir mucho a los espectadores hasta llegar al desenlace.

Y, con el cine, el cómic. Pero éste, quizás utilizando los moldes de aquél. cuyo atractivo lo constituían sus protagonistas, basa su interés en la creación de personajes que se identifiquen con los gustos del público, para que los lectores sufran y gocen con ellos. Personajes con un fin y una misión que discurra entre infinidad de historias en las que ellos están ensamblados. Es la comercialización del personaje, no sometido a una sola historia que lo condicione a desaparecer cuando ésta termine.

Gago no sigue aquel sistema. El crea personajes impulsados por el móvil que persiguen a través de una vida que contará de principio a fin. Así, con sus aventuras, terminaron PURK, EL HOMBRE DE PIEDRA, LA PANDILLA DE LOS SIETE, EL PEQUEÑO LUCHADOR, EL ESPADACHIN ENMASCARADO y otras y otras que creara urdiendo historias en las que fue único. Claro que los personajes siguen viviendo y puede que reencontrarlos pudiese ser interesante; pero, quien podía hacerlo nos dejó para siempre.

J. Soriano Izquierdo para el número 75 de la colección HOMENAJE A MANUEL GAGO.



EL GUERRERO DEL ANTIFAZ

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