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RamiroPersonaje al que se nombra en muchas ocasiones casi siempre relacionado con Ana María, la esposa de Adolfo de Moncada, Conde de Roca, nuestro "guerrero" preferido. Quizás Ramiro no sea uno de los personajes mas conocidos de las aventuras clásicas del Guerrero del Antifaz puesto que se le conoce en la última parte de dichas aventuras, concretamente en el nº 326 de la edición color pàgina 12, 7ª viñeta, donde vemos al gigantesco y rubio personaje como esclavo a los remos de un barco corsario turco. Conoce al guerrero y sus amigos, Don Luis y Fernando en el mismo cuaderno, pagina 14, 8ª viñeta y pasa a formar parte desde entonces del clan del Guerrero del Antifaz como escudero y termina siendo uno mas de los secundarios de la colección hasta su final. En "las nuevas aventuras..." nos encontramos con el gigantón y simpático personaje por primera vez en el nº 2, página 6, 5ª viñeta, que regresa de un encargo encomendado por el Guerrero y encuentra en llamas el castillo del Condado de Roca y poco después a Ana María y su hijito en circunstancias peligrosas, acabando por salvar la situación. A partir de ahí, pasa la mayor parte de su tiempo al servicio y cuidados de su señora Ana María y su hijo Adolfito, tratando de protegerlos de cualquier clase de peligro, mientras su señor, el Guerrero del Antifaz está enfrascado en sus batallas. Esto ocurre salvo en muy contadas ocasiones, hasta el momento del fallecimiento del entrañable y forzudo grandullón que sucede en el nº 82, pagina 12 a causa de tratar de proteger a su amada en silencio y adorada Ana María, de varios desalmados. En esta reyerta es acuchillado por la espalda golpeado y rematado con una espada clavada en el vientre cayendo mortalmente herido, luego es arrojado a un pozo infestado de ratas; todo esto ocurre en el cuaderno nº 80, en el nº 81 y a base de fuerza de voluntad y debido a su propia y gran fortaleza física, consigue salir del pozo y malherido como estaba se dirige en busca de su señora, para tratar de salvarla, monta en su caballo y se dirige desesperado y sintiéndose morir hacia donde cree que se encuentra la Condesa de Torres, pero al final sus fuerzas fallan y acaba por caer del caballo siendo casualmente encontrado por el Guerrero que volvía de una de sus correrías con Li Chin, éstos al verlo en el suelo se dirigen hacia él y solo tiene tiempo de decirles que salven a Ana María que está en poder de los facinerosos que le han ocasionado sus graves y mortales heridas. En la siguiente página fallece y el Guerrero y Li Chin le dan cristiana sepultura, partiendo éstos inmediatamente en busca de Ana Maria a la que por supuesto finalmente acaban por salvar, no sin antes pasar las calamidades y vicisitudes de rigor.
Imagen e investigación de datos de mi amigo Casto Correa de Vigo, afincado en Trintxerpe.
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