XARA Y EL GUERRERO


Escena seleccionada de la 2ª Serie de cromos de 1946, "En los dominios de Alí Alicha"

XARA Y EL GUERRERO

Xara y el Guerrero del Antifaz

Texto de Manuel Gago García

XARA Y EL GUERRERO.       XARA Y EL GUERRERO.

Abajo en los subterráneos, fuertemente amarrados con cadenas, hallábanse el Guerrero del Antifaz y Fernando. El primero contenía con férrea voluntad los lastimosos ayes que queríanse escapar de su boca, ante los bárbaros latigazos que el traidor Kaladí descargaba sobre su cuerpo, sin preocuparse lo más mínimo de la herida que la aviesa flecha abriera en sus carnes, no muy profunda gracias a la protección de la cota de malla que siempre llevaba.

-¡Traidor! -gritó Fernando fuera de sí- ¡Es una cobardía flagelar a un hombre indefenso cuando no te atreves a medir sus fuerzas con él!...
El deseo del moro era oir al guerrero enmascarado pedir clemencia; pero al no conseguirlo e indignado por los gritos del pequeño cristiano, volviéndose contra él y, con satánica furia descargó reiteradamente el látigo sobre su rostro, tintando de sangre las sonrojadas mejillas del joven.

XARA Y EL GUERRERO.       XARA Y EL GUERRERO.

No satisfecha del todo su venganza, Kaladí abandonó la mazmorra con irónica sonrisa en los labios. Los prisioneros sabían que el malvado moro no tardaría en hacerles otra visita, y meditaron acerca del modo en que podían escapar de su encierro, convenciéndose de que era poco menos que imposible; mas cuando nuestro héroe se hallaba algo debilitado por la sangre vertida por su herida.

El Guerrero del Antifaz quiso hablar pero la joven le contuvo con un gesto amable:
-Callaos, señor; ya os explicaré.
Las finas y blancas manos de Xara lavaron y vendaron cuidadosamente la herida del prisionero. La joven ya no era la desdeñosa mora que mirara con odio a Marcia; ahora manifestaba poseer un corazón noble y leal. La proximidad del hombre amado habíale cambiado en todo...

Luego, Xara, fue más explícita con los prisioneros.
-Esperad la madrugada, -les dijo-. Ukani, el guardián, es de mi confianza. El os conducirá donde esperan los caballos. Yo iré a advertir a Marcia. Pero debéis llevarme con vos y dejarme compartir vuestra vida.
El Guerrero del Antifaz comprendió todo, y un triste pensamiento nubló su mente.
-Lo que deseáis es imposible -dijo-; más no obstante, si es que odias a Alí Alicha, te prometo librarte de él.

La misma escena en 1979


Imágenes cortesía de mi amigo Javier Selva de Barcelona, coleccionista de comics con parada propia en el conocido Mercado de San Antonio de Barcelona, donde se le puede encontrar cada domingo por la mañana en la parada número 219 (lado calle Urgell). También puedes visitar su página web de venta de tebeo antiguo y moderno haciendo click en la imagen del Guerrero:


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EL GUERRERO DEL ANTIFAZ

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