SU ORIGEN EN CROMOS
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Texto de Manuel Gago GarcíaAlí Kan, reyezuelo moro de un pequeño territorio de Andalucía, en una correría por tierras de cristianos, llega al condado de Roca y se apodera de la joven condesa de Roca, de la cual se enamora apasionadamente. Por más que ella le ruega que la deje volver, él no accede, y burlando a los del condado se dirige hacia su fortaleza con ánimo de hacerla su mujer favorita. El conde de Roca, esforzado caballero cristiano, no pudo conseguir, por más que hizo, rescatar a su mujer y, tras fracasar en repetidos intentos, tuvo que hacerse a la cruel realidad; el moro era más fuerte, su fortaleza estaba lejos y no había medio de arrebatarle la presa.
Derrotado, herido en su honor y en lo más vivo de su alma, se resignó a esperar, rogando la ayuda divina y ansiando vengarse del infame raptor. Ocho meses después la condesa de Roca tuvo un niño que Alí Kan creyó suyo y lo acogió con alegría. La infeliz madre no quiso desengañar al feroz moro por temor a que matase a su hijo y guardó el secreto.
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